Jornada inaugural de la 17ª Convención del Distrito 27
En un salón lleno y en un grato clima de fraternidad se dio inicio a la 17ª Convención de B’nai B’rith Distrito 27, cuyo lema fue “L’ dor V’ dor, herencia y futuro”, resaltando la tradición benaibritiana que abunda entre miembros de la Hermandad y destacando la transmisión de generación en generación de nuestras tradiciones, cultura y sabiduría. Enseñamos a nuestros hijos y nietos, a nuestros sobrinos y sobrinas, que aun cuando el hermano benaibritiano lleva las alegrías de nuestra herencia, también debe asumir la carga de la memoria. Desde nuestra ceremonia de iniciación, hemos prometido transmitir a nuestros jóvenes la sagrada obligación de honrar a aquellos que perdimos en el Holocausto y de cuidar a los sobrevivientes. Prometimos “cuidar el buen nombre de Israel”, y acudir a socorrer “al huérfano y la viuda”. Prometimos también que nunca olvidaríamos “bajo palabra de honor” de enseñar a la siguiente generación. Es decir, insistir en ser un “ben o bat brith”.
Comenzando con el tradicional encendido de las luminarias, las siete luces del candelabro ritual de B’nai B’rith a cargo de la QH Lilian Nissim, se evocaron esos valores y principios que rigen la actividad de esta organización que cuenta ya con 125 años de trabajo en el mundo y 80 en Chile. Al mismo tiempo, se distinguió a la familia Simonsohn, en la persona de los hermanos Eduardo y Daniel Simonsohn, que cuenta con el linaje más antiguo conocido en B’nai B’rith, de cinco generaciones, y a la Filial Pacífico, la más antigua y fundadora del distrito.
Luego, fueron evocados los principios de Justicia y Paz, que -junto al de Luz– representan tres brazos de la menorá, siendo otros tres las tres virtudes en las que se basa la organización: Benevolencia, Amor Franternal y Concordia.
Fue en esos principios que la 17ª Convención tuvo espacio para reconocer a sus miembros, partiendo por quienes en los dos años transcurridos desde la anterior han partido de este mundo; como dice el ritual de luto, “Quien en vida fuera nuestro querido hermano, ya no está con nosotros (…) Mantengamos firme nuestro deseo de permanecer fieles a su recuerdo”. Y a continuación, para destacar a quienes han traspasado de generación en generación el sentido de pertenencia benaibritiana, comenzando con la familia Simonsohn, que desde Benno Basch (Z.L.) -fundador de la Logia Moses Mendelsohn en Magdeburg, a mediados del siglo XIX- y continuando con el refugio en Chile de Luis y Werner en 1939, son parte de B’nai B’rith hasta el día de hoy. Y también reconociendo a las familias Seelenberger, Keller, Reich, Guiloff, Frenkel, Pfeffer, Wasserman, Lypszyc, Schlesinger, Rothfeld, Schnitzler, Kychenthal y Gejman, entre muchas otras, por contar entre sus miembros cuatro a dos generaciones de hermanos de B’nai B’rith.
Asimismo, se reconocieron a los miembros del distrito que –destacados por sus propias filiales y logias- fueron reconocidos por encarnar el espíritu benaibritiano, a los que se han destacado por su enrome dedicación y trabajo voluntario en nuestra organización, y a las filiales que en este período cumplieron aniversarios quinquenales de trabajo ininterrumpido: Yavne, por 50 años desde su establecimiento; Filiales Heschel y Yehuda Halevi, 40 años; Filiales Santiago y Jaim Weitzmann, 35 años; Filial Raoul Wallenberg, 30 años; Filial Raúl Bitrán, 25 años, y Filiales Dor Haneshamá, Kineret y Hatikva, por sus 10 años de funcionamiento.
Cabe destacar las palabras del QH Jaime Fuchs, Presidente del Distrito 27, en el discurso pronunciado en la jornada inaugural, destacando que: «Durante todos estos años, nuestra fraternidad, que basa su trabajo en sus hermanos voluntarios, se ha caracterizado por actuar en los territorios de los Derechos Humanos, la acción social, y la promoción y defensa del Estado de Israel. B’nai B’rith se configura así, tanto como plataforma para promover acciones efectivas en esos ámbitos, como plataforma de apoyo a los proyectos que se generan desde la Hermandad. Siempre alineados con los valores permanentes de benevolencia, amor fraternal y concordia».
Además, recordó la conmemoración de un triste nuevo aniversario de la «Kristallnacht», el 9 de noviembre, «otro hecho horrible y crucial de la larga peregrinación del pueblo judío a través del tiempo. Fue una horrorosa noche de incendios, persecuciones, detenciones y muertes. Jornada donde el nefasto régimen nazi de Alemania, azuzando a sus huestes desbocadas de odio, incendió sinagogas, asesinó judíos a mansalva y envió a miles a campos de concentración. Mañana se cumplen exactamente 80 años de esta tragedia, la cual, con su violencia y su odio, agregados al silencio y la indiferencia del mundo, selló la suerte de la judería europea en los años que la siguieron».
La inauguración de la 17º Convención concluyó con una interesante conferencia sobre el futuro que nos espera, a cargo de Sergio Melnick, Doctor en Planning and Futures Research, y Máster en Interdisciplinary Estudies en la Universidad de California, quien en una impecable presentación se refirió a los temas que se vienen para la Humanidad, para el mundo judío y para B’nai B’rith, y en cómo tenemos que bien enfrentarlos o definitivamente evitarlos, siendo la responsabilidad de esa decisión absolutamente nuestra. Entre esos temas, se centró en la tierra como hogar no permanente, el drama del cambio climático, la amenaza nuclear, la revolución digital, la inteligencia artificial, el envejecimiento y reproducción de la población, y el rol de la mujer en el poder. “Si me preguntan”, señaló Melnick, “yo creo que el mundo tiene 6.000 años y es tiempo de Mashiaj”, por lo que cabe pensar ahora en el rol que tendrá el judaísmo en el mundo del futuro.